martes, 9 de enero de 2007

Tradicionales playas de Barranco lucen recortadas y sin servicios


COMPLEJO DEPORTIVO. El malecón de uso público es utilizado también por Sport Point.
Obras construidas en franja intangible reducen el espacio de uso público. Municipalidad será declarada en situación de urgencia por 180 días

Por Andrea Castillo Calderón
Basta cruzar el tradicional puente de la Bajada de Baños para comprobar que el paisaje en las tradicionales playas de Barranco ha cambiado. Las Cascadas, Barranquito y Los Yuyos no son más las mismas: el espacio para el uso público se ha reducido para dar paso a instalaciones modernas: dos restaurantes (Rústica y Cala), un complejo deportivo con cancha sintética (Punto Blanco) y un espigón a medio hacer (lo que será el Marina Club de Lima), dominan ahora el panorama.
Vale recordar que la administración edilicia de Martín del Pomar y sus funcionarios interpretaron las normas vigentes a su mejor parecer y suscribieron contratos de concesión con empresas privadas, cuyas consecuencias ya son evidentes porque invaden la franja intangible de 50 metros que por seguridad debe haber entre la línea de máxima marea y el paseo peatonal. Pero esta no fue la única irregularidad confirmada por la contraloría, que luego de investigar en documentos de 1993 a 2006, terminó por formular tres denuncias ante el Ministerio Público. La Marina de Guerra de Perú hizo lo propio y también los vecinos.
Sin embargo, las nuevas instalaciones funcionan como si nada hubiera pasado. Para Inés Cruz, una bañista que viene de San Martín de Porres, las autoridades municipales debieron preocuparse por invertir en seguridad y servicios. "Hay menos playa pero muchos rateros. Para bañarse hay que turnarse, de lo contrario, tus pertenencias desaparecen. Tampoco hay agua en los grifos", dice.
Quienes también lamentan los efectos de las concesiones privadas son los vendedores ambulantes. "Estas obras son un perjuicio. Apenas queda espacio para los veraneantes y cuando sube la marea, la playa desaparece. ¡Mire lo que han dejado!", se queja don Juan Palacios, un vendedor de helados que en 15 años de trabajo conoce bien la sinuosa franja ribereña del balneario.
En la playa Barranquito los restos de desmonte de la construcción del restaurante Cala dificultan el acceso del público al mar. En la playa Las Cascadas, el panorama no es mejor. La única rampa habilitada por la empresa que administra el complejo deportivo Sport Point resulta un reto para el equilibrio. Y en la playa Barranquito el recorte de playa sin duda resulta escandaloso.
En Los Yuyos, el problema no solo será de acceso a la playa. El espigón del futuro Lima Marina Club moviliza a los pescadores. "Todo el ecosistema de pesca va a cambiar", advierte Jorge Ruiz Ramos, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chorrillos, quien reclama un estudio de impacto ambiental imparcial.
En tanto, para el nuevo alcalde de Barranco, Antonio Mezarina Tong, la prioridad es ordenar la casa. Por eso prevé declarar la municipalidad en situación de urgencia por 180 días y analizar los proyectos de concesión otorgados por la anterior gestión para dar cuenta a los vecinos y hallar una solución. "No debe haber más concesiones, no estoy de acuerdo como vecino ni como alcalde. Todo debe ser de acuerdo con la ley. La etapa en que esta no se respetaba en Barranco ha terminado", dijo. Ver para creer.

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