domingo, 11 de febrero de 2007

Costa Verde necesita otra autoridad que planifique su ordenamiento

El informe del domingo 4
A RECUPERAR EL LITORAL: La franja que une La Punta con Chorrillos se desarrolla de acuerdo con la voluntad de cada uno de los distritos que la atraviesan. Es víctima del apetito municipal.

Por Nelly Luna Amancio

Su mirada de asombro los delató. Veían el mar con la incredulidad de quien por primera vez repara en su inmensidad. Era una pareja de esposos de aparentemente 40 años, y dos niños, la mayor podría tener 12 años y el menor, menos de 2. Estábamos en la Playa Barranco de la Costa Verde, tomando fotos del estrecho margen de arena que ahora tienen los bañistas --desde que se construyeron los locales dentro de la franja costera intangible-- cuando los vimos. Sortearon algunas de las barreras físicas colocadas por los negocios de la zona e ingresaron al estacionamiento de Rústica, uno de los restaurantes al que la gestión municipal de Martín del Pomar le vendió un pedazo de playa.

El padre contó que llegaron a Lima hace dos días, venían de un poblado llamado Pampas, en las alturas de Huancavelica. La hija mayor ignoraba nuestra conversación, concentrada en los tablistas y los bañistas de ese mar de olas amarillentas que esta semana estuvieron tan sucias como las olas de La Chira, donde desemboca más del 40% de los desagües de la ciudad. Era la primera vez que la niña veía el mar, pero estaba más sucio que nunca. "¿Estará así porque está lloviendo en la sierra, no?", preguntó con inocencia el progenitor.
Después de mirar con timidez, decidieron bajar. Demoraron un poco antes de que ubicaran una zona por donde llegar a la playa. Atravesaron los desmontes y el balcón del restaurante que ofrece a sus comensales una 'exclusiva' vista. Solo entonces pisaron la arena. Ellos son solo algunas de las personas a las que una inadecuada administración municipal les arrebató el libre acceso a las playas.

SUMA DE ISLAS

El desarrollo de la Costa Verde ha respondido al bolsillo de las municipalidades y la voluntad de sus alcaldes. Como si se tratara de una propiedad en remate, con los años los concejos distritales que atraviesan la franja costera han ofrecido los espacios públicos en busca de mayores ingresos. Los distritos impulsaron proyectos aislados --avalados por la Autoridad Autónoma de la Costa Verde, que no es más que una entidad representada por todos ellos-- y generaron un crecimiento desordenado. Lo que se tiene hoy es una franja heterogénea, con el espacio público y el disfrute del paisaje privatizado. Quien tiene dinero accede a los restaurantes con vista al mar. Quien no, se las ingenia, como la familia de Pampas.

Hasta el 2005 los que paseaban por el malecón de Barranco disfrutaban un paisaje dibujado por sus playas; ahora, sin embargo, la vista se quiebra con las construcciones de cemento instaladas a un pie del mar. Antes, el abogado constitucionalista Jorge Avendaño miraba a través de la ventana de su casa barranquina el golpe de las olas, ahora ve los techos de esos colosos de la arbitrariedad.

El tema de fondo, como sugiere Avendaño, es que las municipalidades han visto las playas como terrenos de los que se puede sacar dinero. "La administración municipal ha demostrado que no es buena (para el ordenamiento de la franja costera)", agrega.

El arquitecto y urbanista, Augusto Ortiz de Zevallos coincide. "Cada distrito hace lo que le parece, el de Barranco decidió lotizar la playa y venderla a notables negocios que monopolizan la vista al mar", sostiene tras recordar que estas inversiones usan actualmente la infraestructura construida con dinero del Estado: estacionamientos, canchas de deportes, veredas y accesos. Por falta de una autoridad competente "Lima nos ofrece un litoral de cuarto mundo que hace envidiar el de Río de Janeiro, el de Guayaquil, el de cualquiera", insiste el arquitecto.

Ante esta falta de planificación, ambos creen que tal vez se podría contar con una autoridad realmente autónoma, ajena a las motivaciones políticas o económicas de algunas gestiones municipales.

Tal vez una entidad como la que propone el alcalde de Magdalena, Francis Allison. Una fundación integrada por representantes de la sociedad civil y el sector privado. "Tenemos pensado entregar la administración del kilómetro y medio de la franja costera que se encuentra dentro de nuestra jurisdicción a una fundación como la del Malecón 2000 en Guayaquil, que respete los 50 metros de zona intangible y aproveche los terrenos ganados al mar. El 70% de estos espacios sería de uso público, solo el resto privado", sostiene.

Ecuador impulsó la recuperación del malecón que acompaña al río Guayas. Respetó y dio prioridad a los espacios públicos y la vista al paisaje. La fundación Malecón 2000 es una entidad de derecho privado, integrada por representantes de las instituciones públicas y privadas más importantes de esta ciudad. Ha desarrollado un programa integral con la incorporación de manera ordenada de zonas de esparcimiento, locales culturales, centros comerciales, museos, centro de convenciones, áreas verdes y zonas residenciales, a lo largo de dos kilómetros y medio.

Allison comunicó que este proyecto obligará a desviar la actual autopista varios metros más pegados al mar, para que las construcciones se hagan cerca de los acantilados.
El ex miembro del Consejo Nacional del Ambiente Iván Lanegra es optimista con esta propuesta, pues considera que la administración municipal de la Costa Verde presenta una serie de deficiencias.

"Hay dos debilidades grandes, la primera es que la APCV no es fuerte y no tiene claro cómo desarrollar la franja costera. El plan maestro no la reordena. Además, hay un tema de complicación legal sobre la propiedad de estos terrenos. Sin poder hacerlo, las municipalidades han ido privatizando playas y terrenos cercanos a esta", indica tras precisar que un esquema como el de Guayaquil podría ser más exitoso, "pues debemos encontrar un equilibrio entre los bienes públicos y privados".

Como se recuerda, además de Barranco, la Municipalidad de Chorrillos vendió a Gremco hace casi dos años 44 hectáreas de terrenos en La Herradura, al pie de la zona histórica del Morro Solar.

Este Diario solicitó una entrevista con el presidente de la APCV, pero no respondieron. Nos hubiera gustado conocer, así como en el caso de Magdalena, qué otros proyectos de inversión ha aprobado para los meses siguientes, las veces que se han reunido con los alcaldes distritales para planificar el desarrollo de la franja costera, y, sobre todo, si han planteado una salida sobre el futuro de los locales construidos sobre terrenos de playa de uso público vendidos al mejor postor. Esta autoridad, junto con el Concejo Metropolitano, avaló y promocionó las obras en las playas de Barranco.

El silencio sobre estos temas se extendió a los concejos de San Isidro, Barranco, Miraflores y San Miguel. Ninguno atendió nuestras inquietudes.

PRECISIONES

  • El futuro de las obras en el distrito de Barranco depende de la decisión del Poder Judicial. Es este el que determinará si las edificaciones se tendrán que demoler.
  • Hay 16 puntos de contacto entre la ciudad y el litoral. Las escaleras están dañadas o clausuradas. Otras lucen abandonadas.

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